domingo, 19 de junio de 2016

CITAS DE LA SEMANA #27, #28, #29 Y #30

¡Hola, queridos lectores!
Por fin tengo tiempo de escribir un poco más en el blog; así, os traigo unas cuantas de citas que en mi opinión, me parecen profundas y preciosas.
¡A ver si os gustan!


-Las peores heridas no están a la vista, esas que no logramos ver pueden matarnos en silencio.
-No tengo heridas, mamá.
-Y si las tuvieras, yo no sería la persona más adecuada para curarlas, ¿no?-Carlos miró a su madre y sintió una lástima vaga, tal vez estuviera tan perdida como él-. No te imaginas lo difícil que resulta ver cómo los polluelos abandonan el nido, cómo caen en el intento de aprender a volar... Y hay que dejarlos romperse la cabeza. (...)




Tal vez los modernos príncipes no llevasen ropajes de seda y terciopelo ni montaran corceles briosos, es posible que habitaran en los márgenes de la realidad, a medio camino entre la pesadillas, la supervivencia y la promesa de poder escapar algún día. Un minuto de gloria para morir del modo elegido, o cuando menos del modo menos digno para salir del atolladero.
(...)



-Es increíble, te pasas años protegiendo a tus hijos de las cosas que pueden dañarles la vida, intentas alejarlos de las drogas, del alcohol, del fracaso...-Sandra hablaba más para ella que para todos los presentes en el abarrotado salón de Carmen-. Y un buen día descubres que la vida es un riesgo viscoso, ya sabéis, como un líquido pegajoso que se cuela por debajo de la puerta y contra el cual no puedes hacer nada porque no estabas prevenida...

Blanca Álvarez, El Curso en el que me Enamoré de Ti. Ed. Nautilus.



 Carlota guardó silencio, tomó apuntes y se quedó mirándolos unos minutos. Yo empecé a pensar que, en realidad, sabía muy poco de mi padre, y eso pese a ser su único confidente. En la vida de los adultos siempre hay un montón de jardines rodeados con valla que sólo se descubren cuando algo muy gordo hace reventar las cerraduras.
Blanca Álvarez, El Escritor Asesino. Ed. Edebé.

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