"Esas cosas horrorosas pueden sobrevivirse, porque somos tan indestructibles como queramos creerlo. Cuando los adultos dicen : "Los adolescentes piensan que son invencibles", con una sonrisa taimada y estúpida en sus rostros, no saben cuán en lo cierto están. Necesitamos no perder nunca la esperanza, porque nunca nos rompemos de modo irreparable. Pensamos que somos invencibles porque lo somos. (...) Ellos olvidan eso al envejecer. Temen perder y fracasar. Pero esa parte nuestra, más grande que la suma de nuestras partes, no puede nacer y no puede morir, así que no puede fracasar."
John Green, Buscando a Alaska. Ed. Nube de Tinta
Creo que el mundo es como un piano cuyas teclas, blancas y negras, emiten una dulce melodía.
Nunca he estado de acuerdo con los que dicen que todos somos iguales.
Mi padre tampoco. Decía: "Todos estamos al mismo nivel, cada uno de nosotros es un cero, porque el cero no es un número, sino un punto que hay que llenar, y cada uno tiene que decidir con qué llenarlo... (...) Y cuando ya no les quede nadie, se tendrán tirria a sí mismos, porque comprenderán que se merecen la soledad".
Mi padre se merecía un abrazo.
Antonio Dikele Distefano. Fuera Llueve, Dentro También... ¿Paso a Buscarte? Ed. Montena
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