Para muchos de nosotros, nuestros padres son un referente. Intentamos seguir su ejemplo y los admiramos por todo lo que hacen: nos mantienen, ayudan, protegen, nos guían por el buen camino,... Sin embargo, a veces pienso: "¿qué harían nuestros padres sin nosotros?"
Los niños. ¡Ay, los niños! Somos la vitalidad personificada. Somos..., un volcán en erupción a punto de estallar. Tenemos una imaginación desbordante y la creatividad y la constancia son nuestros puntos fuertes. Queremos destacar por la originalidad de nuestro trabajo. Por hacer lo que nadie jamás había logrado, cosa que es más fácil con las nuevas tecnologías. Nos ha tocado vivir en una época donde se están realizando avances de todo tipo, una época en la que los mayores, tanto como nuestros padres y abuelos, se sienten "perdidos" porque no manejan ni controlan estos nuevos dispositivos como nosotros, que prácticamente hemos crecido con ellos. Así, les ayudamos a controlarlos un poco mejor, a pesar de que les cueste y perdamos la paciencia.
En resumen, para mí, la unión de mayores y jóvenes es explosiva: con la sabiduría y experiencia de unos y con la ilusión, ganas de vivir y motivación de los otros, constituye el tándem perfecto que nos conducirá a un mundo mejor.
"Leer es como recorrer unas casas con muchas habitaciones. Unas llevan a las otras y ésas a algunas más lejanas, pero todas están comunicadas entre sí. Leer es aprender a recorrer esa casa enorme, no a extraviarse en ella, a saber en cuáles habitaciones nos gustaría permanecer largo rato, en cuáles no queremos entrar o en cuáles haremos nuestra propia casa durante una temporada." Care Santos, El Anillo de Irina.
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