
Cuando
estaba en cuarto de la ESO, mi profesora de Lengua decidió organizar un viaje
al Nuevo Teatro Alcalá de Madrid para ver el musical de Dirty Dancing y los lugares
más emblemáticos de la capital. Pero cuando me enteré que los compañeros de
segundo y de tercero de la ESO también iban a la excursión, caí en la cuenta de
que me pasaría la semana entera haciendo de canguro de mi hermano de trece
años.